jueves, 11 de diciembre de 2014

FRACTURA DE CADERA


INTRODUCCIÓN

 
                                                  Figura 1.
                                             
 
 
La fractura de cadera, constituye una afección de rasgos epidémicos, que afecta en especial a mujeres seniles de raza blanca, las causas principales son la osteoporosis y las caídas.
 Es una ruptura en el fémur (hueso del muslo) de la articulación de la cadera. Las articulaciones son áreas en las que se juntan dos o más huesos. La articulación de la cadera es una "enartrosis" (cabeza y cavidad), en la que el fémur se junta con el hueso de la pelvis. La bola de la articulación de la cadera es la cabeza del fémur, y la cavidad es un hueso de la pelvis con forma de taza que se denomina acetábulo. La fractura de cadera es una lesión muy seria y requiere de atención médica inmediata.
Nueve de cada diez fracturas de cadera se producen en personas mayores de 60 años, el riesgo de fractura aumenta con la disminución de la densidad ósea, también se ha comprobado que los individuos obesos sufren este tipo de fracturas con menos frecuencia que los delgados, quizá porque las partes blandas actúan como un mecanismo de amortiguación ante una caída.
El aumento de la esperanza de vida y la mayor actividad de las personas mayores, también contribuye al aumento de pacientes con esta patología, de importante repercusión, debido al coste social (disminución de la autoestima, aislamiento social, alteración del bienestar), y al coste económico generado por las necesidades asistenciales.
La mortalidad global asociada a la fractura de cadera es del 30%, uno de cada cinco afectados fallece durante los primeros seis meses tras la fractura.
 
TIPOS PRINCIPALES DE FRACTURAS
Una fractura es una ruptura parcial o total del hueso. Puede tratarse de una sola o de múltiples rupturas en un hueso. La fractura de cadera se clasifica según el área específica de la ruptura y el tipo de ruptura(s) en el hueso.
                                               Figura 2.
                                                


Los tipos de fracturas de cadera más comunes son:
1.-Fractura del cuello del fémur
La fractura del cuello del fémur se produce a una distancia de dos a cinco centímetros (una a dos pulgadas) de la articulación de la cadera. Estas  fracturas son comunes entre  las personas mayores y pueden tener relación con la osteoporosis. Este  tipo de fractura puede causar una complicación, porque a menudo la ruptura impide el  paso de la sangre a la cabeza del fémur, que forma la articulación de la cadera.
2.-Una fractura intertrocantérica de cadera se produce a una distancia de siete a diez centímetros (tres a cuatro pulgadas) de la articulación de la cadera.  Este tipo de fractura no interrumpe el flujo sanguíneo hacia el hueso y puede ser  más fácil de solucionar.
Cerca del 90 por ciento de las fracturas de cadera entran dentro de estas dos categorías, en proporciones relativamente iguales. Existe otro tipo de fractura, denominada fractura de cadera por fatiga, que puede resultar más difícil de diagnosticar. Se trata de una ruptura apenas perceptible en el fémur, que puede no comprometer a todo el hueso. El movimiento repetitivo y el uso excesivo pueden provocar una fractura por fatiga. Los síntomas de esta lesión son similares a los de la tendinitis o distensión muscular.
 
 
 
Las personas que padecen este problema tienen más probabilidades de morir que una persona de la misma edad que no sufre de esta lesión. Cerca del 20 por ciento de los que tienen una fractura de cadera mueren en un plazo no mayor a un año desde que sufrieron la lesión. Se estima que sólo una de cada cuatro personas se recupera totalmente de una fractura de cadera.
Al sufrir esta lesión, la mayoría permanece entre una y dos semanas en el hospital. El período de recuperación puede ser largo e incluir la internación en un centro de rehabilitación. Las personas que, anteriormente, vivían sin depender de nadie, generalmente necesitarán de la ayuda que los cuidadores o la familia le brinden en casa, o quizás requieran de los servicios de un centro de cuidados a largo plazo. Como consecuencia, las fracturas de cadera pueden generar la pérdida de la independencia, reducción de la calidad de vida y depresión, especialmente entre personas de la tercera edad.
POSIBLES CAUSAS:
Una caída es la causa más frecuente para este tipo de lesiones entre las personas mayores. Un pequeño porcentaje de personas puede fracturarse la cadera en forma espontánea. En personas más jóvenes, esta lesión se produce como resultado de un accidente automovilístico, una caída desde gran altura o un trauma severo.
La fractura de cadera es más común en personas mayores porque los huesos se tornan más delgados y débiles debido a la pérdida de calcio que avanza con la edad, generalmente como consecuencia de la osteoporosis. Si una persona se cae, los huesos afectados por la osteoporosis tienen más probabilidades de quebrarse. La mayoría de las fracturas de cadera que sufren las personas de la tercera edad se producen como resultado de una caída, mientras están caminando sobre una superficie plana, a menudo en casa.
A medida que avanzan en edad, las mujeres pierden entre el 30 y el 50 por ciento de la densidad ósea (espesor). La pérdida ósea se acelera drásticamente después de la menopausia, porque producen menos estrógeno. El estrógeno contribuye a mantener la densidad y fortaleza del hueso.
FACTORES DE RIESGO:
Un factor de riesgo es cualquier circunstancia que pueda aumentar las probabilidades de una persona de desarrollar una enfermedad. Puede consistir en una actividad, una dieta, antecedentes familiares u otras cuestiones.
Las distintas enfermedades tienen factores de riesgo diferentes. A pesar de que estos factores incrementan el riesgo de una persona, no necesariamente desencadenan la enfermedad. Por ejemplo, algunas personas con uno o más factores de riesgo para una cierta enfermedad o dolencia nunca la desarrollan, mientras que otras sí lo hacen y no tienen factores de riesgo conocidos.
Conocer los factores de riesgo para cualquier enfermedad puede ayudar a guiarlo para tomar las precauciones correspondientes, incluyendo cambios de comportamiento y control clínico adecuado para la enfermedad.
La osteoporosis es la principal causa de la fractura de cadera. La edad también es un factor importante de riesgo. Entre otros factores de riesgo posibles para esta lesión, se incluyen los siguientes:
·                  el excesivo consumo de alcohol y cafeína
·                  la falta de actividad física
·                  el bajo peso corporal
·                  la estatura alta
·                  los problemas de visión
·                  la demencia
·                  los medicamentos que ocasionan pérdida ósea
·                  el tabaquismo
·                  la vida en un internado, como por ejemplo, un centro de atención asistida
·                  el aumento del riesgo de caídas, relacionadas con enfermedades como la debilidad, la discapacidad o  el andar tambaleante
Es posible que surjan otros riesgos, dependiendo de su estado de salud específico. No deje de comentarle a su médico cualquier preocupación que tenga.
SINTOMAS DE UNA FRACTURA
Los siguientes constituyen los síntomas más comunes de una fractura de cadera. Sin embargo, cada persona puede experimentar síntomas diferentes. Éstos incluyen:
·                  dolor en la cadera y/o dolor que puede sentirse en la rodilla
·                  dolor en la parte baja de la espalda
·                  imposibilidad de ponerse de pie o caminar
·                  hematomas o hinchazón
·                  pie torcido en ángulo inusual, que hace que la pierna parezca más corta
Los síntomas de la fractura de cadera pueden parecerse a los de otras enfermedades. Consulte siempre a su médico para que le diagnostique.
DIAGNOSTICO:
Además del examen físico y la historia médica completos, los procedimientos de diagnóstico para esta lesión pueden incluir lo siguiente:
·                  radiografía - estudio de diagnóstico que utiliza rayos de energía electromagnética invisible, para obtener imágenes de los tejidos, los huesos y los órganos internos en una placa radiográfica.
·                  imágenes por resonancia magnética (IRM) - un procedimiento de diagnóstico que utiliza una combinación de grandes imanes, radiofrecuencias y una computadora, para reproducir imágenes detalladas de órganos y estructuras internas del cuerpo.
·                  tomografía computarizada (también llamada TC o TAC) - procedimiento de diagnóstico por imagen, que utiliza una combinación de rayos X y tecnología computarizada para producir imágenes transversales (a menudo llamadas "rebanadas") del cuerpo, tanto horizontales como verticales. Una tomografía computarizada (TC) muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluidos los huesos, los músculos, el tejido adiposo y los órganos. Las tomografías computarizadas muestran más detalles que las radiografías estándar.
TRATAMIENTO:
 Específico de las fracturas de cadera será determinado por el médico, basándose en lo siguiente:
·                  su edad, su estado general de salud y su historia médica
·                  el alcance de la lesión
·                  su tolerancia a medicamentos, procedimientos o terapias específicos
·                  sus expectativas para el tratamiento de la lesión
·                  su opinión o preferencia
En general, una fractura de cadera se trata con cirugía. El médico puede utilizar dispositivos metálicos para fortalecer y estabilizar la articulación. En algunos casos, se reemplaza la cadera en su totalidad. El tipo de cirugía reparadora dependerá del tipo de fractura. El médico decidirá cuál es el mejor procedimiento para cada persona, basándose en cada caso en particular.

El objetivo del tratamiento es proporcionar alivio al dolor y que pueda reanudar su nivel normal de actividad. La cirugía de cadera a menudo requiere la internación en el hospital. Mientras se encuentra hospitalizado, el paciente generalmente comienza los ejercicios de fisioterapia para recuperar el arco de movilidad y la fortaleza de la cadera. La fisioterapia continúa en casa o en el centro de rehabilitación donde después deba ser internado.
CIRUGÍA:
Se lleva a cabo para ajustar un hueso fracturado y mantenerlo en la posición correcta. Esto podría involucrar:
·                       Insertar una placa quirúrgica y tornillos en el sitio de la fractura
·                       Reemplazar la cadera con un implante metálico (prótesis), el cual tiene una esfera que encaja en el soporte de la cadera y un tallo fijo que se inserta en el hueso del muslo para mantener el implante en su lugar
 
POSIBLES COMPLICACIONES:
Puede haber complicaciones serias derivadas de esta lesión. Es posible que un paciente deba someterse a tracción durante un determinado período de tiempo después de la cirugía. Pueden formarse coágulos de sangre en las venas, generalmente en las piernas. Si un coágulo se desprende, puede llegar hasta un vaso sanguíneo del pulmón. Esta obstrucción, denominada embolia pulmonar, puede ser fatal.
Otras complicaciones incluyen:
·                  neumonía
·                  atrofia muscular (desgaste del tejido muscular)
·                  infección post operatoria
·                  unión incompleta o no consolidada del hueso
·                  deterioro mental posterior a la cirugía, en pacientes ancianos
·                  escaras (úlceras por decúbito) por permanecer acostados en la misma posición, con movimiento mínimo
Con algunas fracturas, la sangre no puede circular adecuadamente hacia la cabeza del fémur, lo que provoca una pérdida de irrigación sanguínea en esa zona. Esto se denomina necrosis vascular femoral o necrosis avascular. Esta complicación puede producirse según el tipo de fractura y la anatomía de la irrigación sanguínea de una persona hacia la cabeza del fémur. Esto es más común en fracturas del cuello femoral.
 


BIBLIOGRAFÍA:

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SERRA J. A.  ,  GARRIDO G.,  VIDÁN M.,  MARAÑÓN E. (2002). Epidemiología de la fractura de cadera en ancianos en España. Recuperado de http://scielo.isciii.es/pdf/ami/v19n8/original1.pdf

miércoles, 10 de diciembre de 2014

PROBLEMAS DE CADERA EN PERSONAS DE EDAD AVANZADA


INTRODUCCIÓN

Hoy día la población está sufriendo un progresivo envejecimiento,
lo cual favorece el aumento de la incidencia de fracturas
de cadera, considerándose éstas una de las lesiones más frecuentes
y potencialmente devastadoras en las personas mayores de
65 años. Este aumento de la incidencia está ocasionando un grave
problema asistencial, así como sociosanitario, en todo el mundo.
Además, para la persona anciana, sufrir una fractura de cadera
puede suponerle un punto de inflexión que marcará completamente
la evolución de su salud a partir de ese momento; este tipo
de fractura es una de las causas más importantes de morbilidad y
mortalidad. Cabe recordar, por un lado, que la mayoría de estos
pacientes presentan una patología sistémica asociada, inherente al
declive fisiológico asociado con el envejecimiento (enfermedad
cardiovascular, respiratoria, diabetes mellitus, déficit sensoriales o
neurológicos, desnutrición, demencia, etc.) y, por otro lado, cerca
de la mitad de los ancianos independientes pasarán a ser parcialmente
dependientes para las actividades de la vida diaria tras sufrir
la fractura, y un tercio de ellos incluso puede llegar a ser totalmente

dependiente

ETIOLOGÍA
Hay 2 grandes factores que contribuyen en la alta incidencia de
fracturas de cadera en las personas mayores: la osteoporosis y las
caídas a pie plano. La caída es el factor causal más importante de
la fractura de cadera. El riesgo de caída va en aumento con la
edad, influido por una gran multitud de factores, entre los cuales
podemos destacar los cambios neuromusculares asociados con la
edad, el deterioro general, la toma de ansiolíticos o psicotropos
que pueden disminuir el estado de alerta de la persona, las enfermedades
neurológicas que afectan al aparato locomotor, la pérdida de
agudeza visual  o los estados confusionales (demencia senil), entre
otros. Hay que destacar también que, además del incremento en
el riesgo de caída, también se produce una disminución de los mecanismos
de defensa frente a las caídas, como las maniobras para
disminuir la energía del impacto (mediante la extensión del brazo
para apoyarse y evitar el golpe directo), que se vuelven más lentas
o incluso inadecuadas.
En cuanto a la osteoporosis, tradicionalmente se entendía como
la disminución de la masa ósea por unidad de volumen, sin tener
en cuenta otros factores, como la arquitectura ósea. Ahora se define
la osteoporosis como una enfermedad ósea sistémica caracterizada
por una masa ósea disminuida en función de la edad y el sexo
del individuo, con alteración de la microarquitectura de los huesos,
lo que confiere un aumento de la fragilidad ósea y una mayor facilidad
para la aparición de fracturas. Actualmente, la prueba diagnóstica
más utilizada es la DEXA, o comúnmente llamada densitometría,
considerada como el patrón de referencia para la medición
de la masa ósea. Hay que tener en cuenta que, además de la osteoporosis,
otras muchas causas también pueden debilitar el hueso de
la persona anciana, entre las cuales podemos mencionar ciertos
medicamentos, la falta de ejercicio, o el dé-
ficit de calcio y vitamina D.
Otros factores de riesgo de menor importancia son: habitar en
ciudades, ingesta excesiva de alcohol y cafeína, inactividad física,
haber padecido una fractura en el lado contralateral, presencia
de coxartrosis y antecedente de que la madre haya tenido una
fractura en la misma localización.

DIAGNÓSTICO
En primer lugar, hemos de realizar una correcta anamnesis,
preguntando sobre el antecedente del traumatismo, profundizando
tanto en la causa de la caída como en el mecanismo de la
lesión. La mayoría de las lesiones, como ya hemos comentado,
se habrá producido por un traumatismo de baja energía. A la
exploración clínica se puede constatar un dolor intenso al intentar
la movilización pasiva de la extremidad afectada así como
una impotencia funcional. Si la fractura está desplazada, puede
haber un acortamiento y una rotación externa de la extremidad
afectada. Para la confirmación del diagnóstico es preciso realizar un estudio
radiológico con proyecciones anteroposterior y axial de ambas caderas.
Si a pesar de todo el diagnóstico es dudoso y la sospecha de fractura
es elevada, se pueden realizar otras exploraciones complementarias,
como la gammagrafía ósea , la tomografía computarizada o la resonancia magnética.

CLASIFICACIÓN
Las fracturas de cadera se pueden dividir en 2 grandes grupos:
fracturas del cuello femoral (subcapitales) y fracturas del macizo
trocantéreo (pertrocantéreas). Cada grupo tiene su propia subclasificación
y tratamiento.

Fracturas subcapitales
La clasificación más utilizada es la propuesta por Garden en 1961,
que divide las fracturas del cuello femoral en 4 tipos según
su grado de desplazamiento en la radiografía anteroposterior.

Fracturas de la región trocantérea
Hay varias clasificaciones de estas fracturas, como la de Boyd y Anderson,
la de Kyle y Gustilo, la de Evans o la clasificación de la
AO. Todas estas clasificaciones son difícilmente reproducibles
entre distintos observadores, y a veces incluso por el mismo clasificador,
por lo cual lo más práctico es dividir las fracturas en estables
o inestables. En las fracturas estables ambas superficies
fracturarias están intactas y hay un contacto concéntrico entre las
corticales medial y lateral una vez reducidas. Para la estabilidad, es
básica la reducción y conservación de la cortical medial. Para clasificar
una fractura como estable o inestable es fundamental la referencia
radiográfica, que informa sobre la integridad o no del área
posteromedial, su tamaño, la conminución y el desplazamiento del
fragmento que incorpore el trocánter menor. 


Clasificación de la AO para  las fracturas pertrocantéreas de mur.




















TRATAMIENTO
En la mayoría de los casos el tratamiento de estas fracturas es quirúrgico,
lo que permite una movilización precoz del paciente y disminuir
las complicaciones secundarias a un encamamiento prolongado.
 El tratamiento quirúrgico siempre intenta recuperar la función y la calidad de vida previa a la
fractura, y sus buenos resultados dependerán de varios factores: la
comorbilidad asociada, la deambulación previa y el estado
nutricional, así como una estabilización suficientemente estable
para permitir la movilización e incorporación precoz del paciente.

TRATAMIENTO DE LAS FRACTURAS DEL CUELLO
FEMORAL
Dado el desplazamiento de la fractura y el daño secundario a la
vascularización cefálica, en este tipo de fracturas hay un cierto riesgo
de necrosis de la cabeza femoral. A pesar de eso, en un paciente
joven siempre se intentará preservar la cabeza femoral, independientemente
de si la fractura está o no desplazada mediante una osteosíntesis cerrada o abierta y una fijación con tornillos canulados.
Esta operación se considera una emergencia, por lo que
sus buenos resultados dependen de la rapidez con la que se realiza.
En cambio, en el anciano es prioritaria la movilización y la incorporación
rápida para evitar las complicaciones secundarias a un
encamamiento prolongado. Por ello, si la fractura no está desplazada,
se intenta la reducción y la fijación con tornillos canulados  Si la fractura está desplazada se considera que tiene pocas posibilidades de recuperar la viabilidad de la cabeza femoral y se trata de entrada con prótesis parcial o total de cadera en función de la autonomía y la calidad de vida previa del paciente.
La sustitución de la cabeza femoral permite una incorporación rápida y evita una reintervención por la seudoartrosis secundaria al tratamiento mediante osteosíntesis.
El tratamiento conservador se puede indicar en fracturas no desplazadas, enclavadas en valgo y, a veces, en los pacientes con un deterioro del estado general grave que no deambulaban previamente.

Radiografía anteroposterior de una fractura subcapital de fémur enclavada en valgo


Radiografía anteroposterior de la fractura subcapital de fémur tratada con tornillo canulados

TRATAMIENTO DE LAS FRACTURAS TROCANTÉREAS


Actualmente hay unanimidad respecto de que el tratamiento de este tipo de fracturas es quirúrgico. Se dispone de varios sistemas de osteosíntesis para su tratamiento: extramedular y intramedular.
 La osteosíntesis extramedular ofrece la ventaja teórica de conseguir una reducción anatómica de la fractura tras la compresión del foco fracturario. Las desventajas del método son una intervención s prolongada, con el consiguiente aumento del riesgo de infección y hemorragia-
Como ejemplos de este tipo de síntesis podemos citar el clavo- placa monobloque  y el tornillo-placa deslizante, conocido por sus siglas en inglés (DHS). Este sistema es el s utiizado y permite la elección entre implantes con diferentes ángulos cérvico-diafisarios.Es fundamental una buena colocación del tornillo. Una alternativa a este sistema es el DCS . En las fracturas en que hay una conminución del trocánter mayor o de la superficie lateral del fémur proximal, la adición de una placa trocantérea de sostén TSP  puede mejorar la estabilidad de la osteosíntesis. También se puede utilizar como alternativa el sistema DCS.

Fractura pertrocantérea de fémur derecho tratada
con un tornillo-placa DHS



















Fractura subcapital de fémur tratada con una
 hemiartroplastia de Austin Moore

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Bibliografía


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projection. Osteoporos Int. 1992;2:285-9.

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