Introducción:
La articulación de la
cadera es el encaje que forman la cabeza del hueso del fémur, de forma
semiesférica, con el cotilo de la pelvis, que es una cavidad del hueso de la
cadera en forma también de semiesfera.
La zona de contacto
entre los dos huesos de esta especie de "bisagra" está recubierta por
una capa llamada cartílago, que permite distribuir las cargas y disminuir el
rozamiento entre los huesos con los movimientos de la articulación.
La artrosis supone una
destrucción progresiva del cartílago, por envejecimiento o bien por rozamiento
cuando su superficie se hace irregular por golpes, infecciones, etc. El hueso
que antes se recubría del cartílago comienza a sufrir cambios, espesándose y
produciendo salientes llamados osteofitos. La artrosis de cadera supone
entonces la pérdida del cartílago en la articulación de la cadera, llamada coxa
en latín.
Esta enfermedad afecta
algo más a las mujeres que a los hombres, y es la segunda localización en
frecuencia de la artrosis tras la rodilla.
Causa la artrosis
de cadera:
Aproximadamente en la
mitad de los casos es primaria, es decir, no se encuentra una causa. No
obstante, hay unos factores de riesgo:
La otra mitad es
secundaria a otros procesos:
·
La edad
·
La obesidad
·
La artrosis generalizada
·
Los deportes de contacto como fútbol, baloncesto,
etc. Su práctica durante años puede, en algunos casos, sobrecargar la
articulación llevándola a la artrosis.
·
Lo mismo se puede decir de los trabajadores que
hacen uso de la fuerza física: empleados de la construcción, estibadores, etc.
Síntomas básicos:
El dolor es de tipo mecánico, y aumenta
cuando comienza a moverse o caminar. Si continúa moviendo la articulación, el
dolor cederá para al cabo de un tiempo volver a incrementarse. Con reposo,
cede.
El paciente nota el
dolor en el pliegue de la ingle, en la zona glútea, y a veces exclusivamente en
la cara de dentro de la rodilla. Cuando evoluciona se
notan crujidos al mover la articulación.
Limitación progresiva de
la movilidad de la articulación
Es la otra alteración
fundamental de la artrosis. Los movimientos que más se limitan son la rotación
hacia afuera y luego la separación y la extensión de la extremidad. Con el
tiempo aparece la contractura o rigidez: el muslo está flexionado y rotado
hacia adentro, y no podemos separarlo del cuerpo. De tal modo que los gestos de
la vida cotidiana como atarse un zapato, entrar en la bañera o subir a un
autobús, se vuelven muy difíciles o imposibles.
¿Qué síntomas produce?
Puede haber fases de
aumento de dolor, llamadas crisis o brotes. El dolor se hace inflamatorio
cuando se incrementa por la noche y el reposo no lo elimina.
Radiografías de la zona:
El espacio articular es
la región de unión entre los dos huesos de la articulación, que en la placa
radiográfica aparece aparentemente vacía, pero realmente está ocupada por el
cartílago, que es invisible a los rayos X.
En la artrosis, la destrucción de cartílago hace que dicho espacio se estreche:
es el "pinzamiento articular".
El hueso de la zona
aparece muy blanco (se compacta resaltando más a los rayos X).
Se aprecian salientes en
forma de pico en los bordes (osteofitos).
Técnicas de imagen
·
TAC (escáner o tomografía axial computarizada)
·
RMN ( resonancia magnética nuclear), útiles para
valorar por ejemplo una posible necrosis avascular de cabeza femoral.
¿Qué pruebas se pueden
pedir?
Para el diagnóstico de
la artrosis no se necesitan más pruebas, pero para el estudio de las posibles
causas y según la sospecha del médico, pueden ser necesarias:
Se diagnostica mediante
la exploración que realiza el médico tanto del dolor como de la movilidad,
unido al aspecto de la articulación en las radiografías.
El aspecto de las
radiografías puede no corresponderse con el sufrimiento del paciente; un
paciente casi sin molestias puede tener imágenes radiográficas muy alteradas y
viceversa.
Las radiografías pueden
descubrir las causas de la artrosis. Las displasias, Perthes, epifisiolisis y
las osteonecrosis cuando están muy avanzadas muestran imágenes radiográficas características,
aparte de la artrosis secundaria.
¿Qué otros trastornos
pueden producir dolor inguinal?
· Lumbociática
·
Lesión de nervios que recogen las sensaciones de la
ingle.
·
Alteraciones en el fémur o la pelvis: osteonecrosis
cuando todavía no ha producido la artrosis, tumores, infecciones, fracturas que
han pasado desapercibidas.
·
Hernia inguinal o crural
·
Alteraciones en la arteria femoral (aneurismas,
etc.)
·
Trastornos propios de la rodilla.
¿Cómo evoluciona la
artrosis de cadera?
Habitualmente es una
enfermedad de curso muy lento, y es más frecuente que se vea interrumpida por
crisis dolorosas que corresponden a pérdidas localizadas del cartílago. Una vez
concluida la crisis, el dolor mecánico residual es algo mayor que previamente y
la movilidad más reducida.
En otros casos no hay
crisis, pero el dolor y la pérdida de movilidad se hacen progresivas, además de
reducirse la distancia que puede recorrer sin dolor.
Las artrosis secundarias
a irregularidades del cartílago (fracturas, infecciones, etc.) evolucionan con
más rapidez porque ya desde el principio hay un rozamiento articular aumentado
que desgasta más el cartílago.
En ciertos casos la
evolución es rápidamente destructiva, en meses.
La evolución puede
evaluarse en cada consulta con las diversas tablas o índices de movilidad,
dolor y capacidad de realizar actividades. Todas son útiles, pero lógicamente
la tabla empleada para la primera valoración es la que se utilizará en las
sucesivas y no se debe cambiar porque se alteraría la comprensión de la
evolución.
Fármacos:
·
Analgésicos puros (sólo actúan contra el dolor)
como el paracetamol. Constituyen el tratamiento inicial, por sus escasos
efectos secundarios.
·
Analgésicos con efecto antiinflamatorio, como el
ibuprofeno o el diclofenaco o el rofecoxib. Útiles en los cuadros de
agudización, pero se deben administrar con cuidado en el ancianciano
y ante trastornos renales y hepáticos no graves. Si son graves o el paciente
tiene úlcera gastroduodenal no deberá tomarlos.
Rehabilitación:
Es muy importante y se basa
en la gimnasia de mantenimiento.
En determinados casos se
pueden asociar ciclos de masaje descontracturante, electroterapia y
ultrasonoterapia en un centro especializado de rehabilitación.
Los ejercicios que el
paciente debe realizar tonificarán la musculatura y estirarán la articulación.
Deben ser progresivos, suaves e indoloros para evitar fracturas, ya que la
articulación se vuelve rígida y así evitar rozamientos bruscos en el cartílago
ya de por sí desgastado.
Artrodesis:
Se funde el fémur con la
pelvis, de forma que la articulación desaparece. El problema es que la cadera
queda inmóvil. Se puede indicar en trabajadores que usan la fuerza física con
gran destrucción artrósica, pero es una técnica raramente empleada.
Osteotomía:
Se realizan cortes en el
hueso de forma que se cambia la orientación de la cabeza en su engarce con el
cotilo. Se indica en personas jóvenes con poca lesión artrósica y buena
movilidad.
Artroplastia de cadera:
Consiste en la
sustitución de la articulación por una prótesis.
Es una intervención habitual en el Insalud pero con una serie de riesgos y
complicaciones que el paciente debe comprender y sopesar.
¿Cómo se trata?
Primeras Fases:
El tratamiento en las
primeras fases se basa en la medicación adecuada y una buena fisioterapia.
No debe tomar cortisona
o medicamentos similares. Además, los medicamentos que intentan frenar la
artrosis, como el sulfato de glucosamina, son de acción lenta (su efecto tarda
semanas o meses en manifestarse), pero se toleran muy bien y permiten bajar las
dosis del resto de los fármacos.
Segunda Fase:
Cuando el dolor no se
puede controlar o la limitación invalida al paciente, se indica la cirugía, con
varias opciones según la actividad física, el estado de los huesos y el grado
de lesión:
¿Qué puede hacer el
paciente?
·
Hacerse revisiones periódicas por su médico, para
ver la evolución y ajustar la medicación.
·
Aplicarse calor local (ducha caliente, manta
eléctrica).
·
Las personas obesas deben bajar de peso,
ya que un kilo perdido supone una descarga de 4 kilos para la cadera.
·
Evitar el ejercicio fuerte: salto, carrera,
levantamiento de pesos. Por ello debe mentalizar al paciente joven de una
limitación en su actividad deportiva. Así retrasará la artroplastia. Además,
una prótesis de cadera implica suprimir todo esfuerzo que sobrecargue el
implante.
·
Nadar y montar en bicicleta, porque el movimiento
de la cadera es armónico. Dar paseos es muy recomendables, pero por terreno
llano, sin irregularidades ni cuestas.
·
Hacer gimnasia de mantenimiento que incluya
estiramientos, ejercicios de tonificación muscular y de relajación.
·
En caso de crisis de dolor, conviene reposar en la
postura más cómoda para el paciente. Durante las crisis se recomienda reposar
tumbado boca abajo para evitar que la cadera se contracture en flexión.
·
Puede necesitar una muleta, que se coloca en el
lado sano. De esta forma al apoyar la extremidad enferma, la muleta la
equilibra.
Bibliografía:
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